Teología de la Consejería Bíblica

Lambert, Heath. Teología de la Consejería Bíblica. Sebring, FL.: Editorial Bautista Independiente, 2020. 267 pp. 

“La consejería es una disciplina teológica. Punto final”. Así de contundente y rotundo se muestra Heath Lambert en la introducción de su libro Teología de la Consejería Bíblica (originalmente publicado en inglés en el año 2016). La contundencia de esta primera línea es una constante a lo largo de su obra. Por lo tanto, se puede decir con total seguridad que este volumen es una defensa a ultranza de la consejería bíblica como la única disciplina viable para que la consejería pueda ofrecer garantías de cambio en la vida del aconsejado. Algo de esperar, teniendo en cuenta el trasfondo y ministerio del autor, quien ocupó el cargo de director ejecutivo de la Asociación de Consejeros Bíblicos Certificados (ACBC, por sus siglas en inglés).

En su defensa de la consejería bíblica, Lambert no desecha del todo el trabajo que psicólogos y otros profesionales del área de la consejería realizan, si bien presenta las limitaciones de la psicología y las diferentes técnicas de intervención. Para ello el autor analiza la relación que existe entre la psicología y la filosofía, ambas con raíces humanistas y, hasta cierto punto, opuestas a las Escrituras. Es precisamente sobre la base de la autoridad de la Biblia que Lambert asienta las bases de este libro. Para él, el manual de consejería no es el Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (publicado por la Asociación Americana de Psicología), sino la Biblia como palabra inspirada por Dios. Por lo tanto, el consejero debe de ser a su vez alguien versado en teología y buen conocedor de la Palabra de Dios y de cómo ésta interactúa con la consejería.

A la hora de probar las limitaciones de las intervenciones seculares, Lambert utiliza casos reales de intervenciones de psicólogos y consejeros trabajando con personas que presentan problemas de diferente índole. El autor disemina meticulosamente y desde una perspectiva bíblica, las conclusiones que estos profesionales sacan de su propio trabajo. Para ello no duda en sacar a la luz los puntos débiles de dichas intervenciones, unos más evidentes y otros no tanto, ofreciendo también un enfoque de cómo un consejero bíblico hubiese tratado los casos reales analizados. Lambert también provee casos en los cuales él hacía las veces de consejero, y detalla los retos que encontró en muchas ocasiones a la hora de aconsejar a distintas personas.

Lambert también ofrece una distinción entre la consejería cristiana y la consejería bíblica, frecuentemente confundidas por muchas personas. Si bien resalta el trabajo de la consejería cristiana, tampoco duda a la hora de desmarcarse de dicha categoría. El autor elabora sus argumentos sobre la naturaleza integracionista de la consejería cristiana, mientras que defiende la postura que la consejería bíblica mantiene en su rechazo de cualquier tipo de integración entre psicología y teología. Lambert concede cierta flexibilidad en su postura, pero no en exceso, y siempre dejando claro su defensa de la consejería bíblica como la disciplina que más garantías ofrece en la consejería.

El libro está dividido en 12 capítulos y tres apéndices:

  1. La Consejería y la Teología: una Introducción Crucial
  2. La Consejería Bíblica y la Teología de las Escrituras
  3. La Consejería Bíblica y la Teología de la Gracia Común
  4. La Consejería Bíblica y la Teología de Dios
  5. La Consejería Bíblica y la Teología de Cristo
  6. La Consejería Bíblica y la Teología del Espíritu Santo
  7. La Consejería Bíblica y la Teología de la Humanidad
  8. La Consejería Bíblica y la Teología del Pecado
  9. La Consejería Bíblica y la Teología del Sufrimiento
  10. La Consejería Bíblica y la Teología de la Salvación
  11. La Consejería Bíblica y la Teología de la Iglesia
  12. La Consejería Bíblica y la Meta de la Teología

            Apéndice A: Declaración de la Asociación de Consejeros Bíblicos Certificados con                                              respecto a las Enfermedades Mentales, la Medicina y la Consejería.

            Apéndice B: La Consejería Bíblica, la Revelación General y la Gracia Común.

            Apéndice C: Las Normas Doctrinales de la Asociación de Consejeros Bíblicos Certificados.

Cada uno de los capítulos trata detalladamente con el asunto descrito en el título. Por ejemplo, en el capítulo 4 el autor aborda la importancia que tiene la teología a la hora de poner a Dios, con sus atributos inmanentes, como piedra angular en el proceso de consejería. De la misma manera el resto de los capítulos abordan de manera precisa cada uno de los temas correspondientes.

El público que este libro pretende alcanzar son principalmente consejeros bíblicos, pastores y estudiantes de consejería en un contexto eclesial. El libro es una gran fuente de información en lo que a la relación entre la consejería bíblica y la teología se refiere. El lector, independientemente de qué postura o escuela de consejería sostenga, se beneficiará de años de experiencia en consejería bíblica, ministerio, publicación de literatura y enseñanza que Lambert reúne y plasma en este libro. El resultado es una apología firme de la consejería bíblica frente a las teorías y disciplinas seculares.

Como nota extra, cabe resaltar el trabajo de traducción que se ha llevado a cabo para que el pueblo de habla hispana disponga de este excelente volumen. Habiendo leído yo mismo su edición en inglés, puedo dar fe de que la traducción al español es muy fiel al texto original, de manera que el lector podrá percibir lo que el autor escribió en su idioma original.

Por último, recomendar altamente este libro a todas aquellas personas envueltas en el ministerio de consejería de sus iglesias locales, estudiantes de teología y consejería, pastores, y todos aquellos interesados en iniciarse en la disciplina teológica de la consejería.

Puede adquirir el libro directamente de la editorial en este enlace o en Amazon en este enlace. También puede consultar con su librería cristiana más cercana para obtenerlo.

I received a copy of this book free from the publisher. I was not required to write a positive review. The opinions I have expressed are my own. I am disclosing this in accordance with the Federal Trade Commission’s 16 CFR, Part 255I received a copy of this book free from the publisher. I was not required to write a positive review. The opinions I have expressed are my own. I am disclosing this in accordance with the Federal Trade Commission’s 16 CFR, Part 255

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